Un pueblo autraliano prohibe la venta de agua mineral
Que los envases PET constituyen un problema de enormes proporciones para el planeta no es ninguna novedad. Y si bien muchas empresas dedicadas al mercado del agua embotellada trabajan investigando e innovando en nuevas formas de incorporar material reciclado a sus envases o de disminuir el plástico que utilizan para el embotellado del agua, algunos consideran que no es suficiente y que se está lejos de una solución definitiva.
Muchos, incluso, creen que ante una situación tan drástica sólo pueden implementarse soluciones radicales. Así, por ejemplo, los pobladores de una localidad rural australiana, decidieron prohibir el embotellamiento y la venta de agua mineral.
Detrás de la medida, se esgrime la esperanza de proteger a la Tierra y a sus bolsillos. Y es que los vecinos de Bundanoon votaron a favor de prohibir la venta de agua embotellada, y se convirtieron en la primera comunidad del país y quizá del mundo que toma una medida semejante, infringiendo un fuerte contragolpe al ese sector. Los lugareños ovacionaron su casi unánime decisión de aprobar la medida, durante una reunión del pueblo.
Todo comenzó cuando una empresa de bebidas informó sobre su idea de embotellar el agua proveniente de la reserva subterránea de Bundanoon. Inmediatamente, los 2.500 habitantes del pueblo se movilizaron en contra, preocupados por el impacto medioambiental de las botellas de plástico.
Pero no fue la única señal, ya que unas horas antes, el primer ministro del estado de Nueva Gales del Sur prohibió a todos los departamentos y agencias estatales adquirir agua embotellada, calificándolo como un desperdicio de dinero y de los recursos naturales.
Nunca he visto a 350 australianos en el mismo recinto ponerse todos de acuerdo en algo; es tiempo de que la gente se dé cuenta de que está siendo estafada por la industria de agua embotellada, comentó Jon Dee, quien ayudó a encabezar la campaña en Bundanoon.
Después de estas sanciones, las autoridades se han comprometido a no sancionar a los visitantes que ignoren la prohibición, pero les alentarán a utilizar envases reutilizables en las cristalinas fuentes públicas de Bundanoon, de las que se han anunciado que se construirán más.
