Acuí­fero de Zapala y un debate clave: ¿qué hacer con el agua?

Existe un debate latente, que tarde o temprano toma por sorpresa a muchos poblados: ¿De quién es el agua? Generalmente, hablamos de las aguas como un bien público, administradas por el Estado y los funcionarios de turno. Pero la polémica comienza con la comercialización privada de un bien público. Un ejemplo reciente se da en la provincia argentina de Neuquén, donde un grupo de vecinos rechaza la explotación de agua potable para uso comercial.

Los habitantes de Zapala, localidad del sur argentino, conocieron varios proyectos para embotellar y exportar agua del acuí­fero de esa localidad. Se pensaba invertir 3 millones de dólares para armar una embotelladora, donde trabajaran unas ocho personas extrayendo el agua mineral del acuí­fero.

Cuando los vecinos supieron que la intención de los grupos privados era vender el agua de su acuí­fero a muy alto costo en el mercado externo, como agua Premium, pusieron el grito en el cielo. Pero además, a estos emprendimientos se suma el interés del estatal Ente Autárquico Municipal de Servicios Públicos en obtener ingresos con una iniciativa semejante. ¿Qué podí­an objetar los ciudadanos de Zapala?

Reunidos en asamblea Popular, denunciaron que en principio, el acuí­fero no se encuentra en condiciones de salubridad, ya que las perforaciones clandestinas, la actividad industrial, un basurero a cielo abierto y la red cloacal sin tratamiento son sólo algunos de los factores que contaminan sus aguas.

Además, tienen una razón de mucho más importancia: una serie de estudios realizados hace poco menos de una década confirma que las reservas del acuí­fero alcanzarí­an para abastecer a todos los habitantes del pueblo durante unos 300 años. Y es que el acuí­fero de Zapala se extiende a 120 metros de profundidad en algunos lugares, desde la Cordillera de los Andes hasta pasar Zapala, localidad que le ocupa una décima parte. Pero no sólo eso, pues este acuí­fero también abastece poblaciones vecinas. Por ello, los vecinos reclaman racionalidad para la conservación del recurso.

Quienes se oponen a la exportación del agua, argumentan que no pueden avalar la comercialización de un bien público, que además, pertenece no sólo a ellos, sino a todas las generaciones futuras. El Estado, dicen, debe garantizar su uso y sanidad hoy y para los próximos habitantes del lugar. Cuesta pensar que se autorice la venta y exportación de un recurso único y agotable, cuando la red pública de agua excluye a muchos vecinos del lugar.

Pero no sólo el interés privado por explotar sus aguas amenaza al acuí­fero, sino que además, se sabe que debajo de él hay reservas de petróleo y de gas. Veremos hasta dónde logran los residentes del lugar bregar por uno de sus derechos más esenciales.

Legislación argentina sobre el agua

Hispagua: Sistema español de información sobre el agua.

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