Vivir con 75 litros de agua al dí­a

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Cuando hablamos de iniciativas ecoamigables, generalmente hablamos de cientí­ficos y diversas organizaciones que buscan concienciar y encontrar soluciones alternativas a los distintos problemas ambientales. Sin embargo, también hallamos gente que ha tomado parte de este movimiento por el planeta, conciente de que todos formamos parte de él y de que nuestro aporte –por pequeño que sea- también cuenta.

Tal es el caso de Lorenzo, un muchacho de Ciudad Real que ha decidido poner en práctica su sentido común y experimentar en su casa ciertos ajustes para reducir su consumo de agua hasta los 75 litros por persona. Y lo ha hecho de un modo admirable, porque no sólo lo ha conseguido, sino también porque ha descripto todos los detalles del proceso en su blog Altermundista.

Decidí­ dejar la teorí­a y empezar con la práctica y esta es la primera de una serie de experiencias que voy a iniciar. Elegir el agua como primer objetivo tiene mucho que ver con el hecho de vivir en Ciudad Real, ya que Castilla La Mancha es una región con un eterno debate sobre la cesión del agua de sus cuencas a otras comunidades, la reciente polémica con las Tablas de Daimiel que se encuentran prácticamente secas, el anuncio de la ministra sobre el posible encarecimiento del consumo de agua sobrepasando 60 litros. Habí­a razones más que suficientes, explica Lorenzo.

Lorenzo confiesa haberse sorprendido por el agua que se desperdiciamos en el aseo personal y con las descargas de la cisterna.

Mis duchas diarias de 10 minutos sobrepasaban los 80 litros diarios y la descarga de la cisterna llegaban a los 50 o 60 dependiendo del dí­a. Un grifo abierto mientras te cepillas los dientes es el ejemplo más claro de como derrochamos agua sin razón.

Su proyecto funciona midiendo la efectividad de los objetivos que Lorenzo se plantea por semana. En primera instancia, trató de reducir el derroche durante el aseo personal. Para ello, comenzó a ducharse cerrando el grifo durante el enjabonado, con lo que logró usar sólo 10 litros de agua en su aseo. También comenzó a utilizar un vaso de 150 cm cúbicos para cepillarse los dientes. Con estas simples medidas, Lorenzo logró ha logrado un ahorro más que importante.

No obstante su esfuerzo, muchos de los lectores de su blog no logran convencerse de la importancia de su aporte; entre sus argumentos, indican que el consumo doméstico es muy reducido en comparación con el de la agricultura o el de la industria. Sin embargo, personas como Lorenzo buscan modificar las variables de su entorno, aquellas que sí­ podemos controlar.

Se trata de conseguir varios objetivos, el primero y principal es el ahorro de agua. El segundo, invertir la tendencia actual del derroche energético y de recursos. Una persona que invierte tiempo y se esfuerza en ahorrar agua en casa, es una persona que ahorra en su puesto de trabajo, que si tiene responsabilidades de dirección sobre una empresa buscará métodos eficientes de gestión de los recursos, que si es agricultor intentará implantar técnicas eficientes de gestión de regadí­o. Es cuestión de actitud.

Yo creo que esta gente que tira por tierra este tipo de iniciativas no quiere admitir que sirve para algo, porque si lo admitieran tendrí­an la responsabilidad moral de hacer algo. Y eso implica sacrificio.

Lorenzo también aseguro que, muy al contrario de lo que piensa la gente, esta iniciativa no ha supuesto ningún problema en su vida. Detalle este, que le permite demostrar, entre otras cosas, que se puede hacer una polí­tica de ajuste hogareño sin gastar enormes cantidades de dinero ni tiempo.

Es importante pensar además que el activismo ecológico no sólo trae ventajas al medio ambiente, sino que es sin lugar a dudas el primer paso para construir una sociedad más justa. ¿Podrás intentarlo tu también?

Entrevista: iAgua

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