Aguas minerales del Cáucaso, propiedades curativas y relax garantizado

A pesar de que estamos acostumbrados a verla embotellada, no debemos olvidar que una gran cantidad de aguas minerales pueden disfrutarse directamente en los manantiales donde surgen. Muchas de ellas son ampliamente reconocidas por las propiedades curativas que vecinos y profesiones les atribuyen. En este post te contaremos sobre las aguas del Cáucaso.

Las regiones del Cáucaso ruso se conocen desde hace siglos por la calidad de sus aguas minerales, y en la actualidad, la zona se llena de visitantes que llegan en busca de descanso y de un tratamiento eficaz. El lugar se llama Stávropol y las propiedades de sus aguas son tan famosas que una de sus ciudades principales se llama Aguas Minerales.

Y es que, según cuenta la leyenda, las propiedades saludables de estas fuentes fueron descubiertas por unos soldados que notaron cómo sus caballos se recuperaban rápidamente de cualquier herida al beber esas aguas. Desde entonces, la gente realiza largos trayectos con tal de probar, aunque más no sea, un solo sorbo.

Si Rusia te resultase demasiado lejana, no os preocupéis, pues la gran demanda de estas aguas las ha convertido en un producto de exportación. Las marcas Narzán o Yessentukí­ se encargan de ello.

Además de su poder curativo no sólo se adquiere bebiendo el agua de las fuentes, sino también a través del baño y por ello, el balneario de Stávropol es uno de los lugares más recomendados por los médicos de la zona. Uno de los lugares más famosos es Yessentukí­, el hospital de barro construido para el enfermo hijo del zar Nicolás II, que padecí­a hemofilia.

“Aquí­ podemos curar enfermedades de la columna vertebral, todo tipo de malestares estomacales y trastornos del sistema digestivo. También se tratan los nervios y se restablece el metabolismo. Este barro es antibacterial, antiinflamatorio y analgésico”, explica Irina Sherbakova, jefe de enfermerí­a del hospital de barro; y aclara que todos los tratamientos deben ser recetados por un terapeuta.

Ví­a: RT

Subir